Agrupamos bajo el epígrafe de Política las obras que tratan de esta disciplina.
Aristóteles se ocupa en el Libro I de su tratado La política del origen de la sociedad humana y del Estado, cuya raíz encuentra en la propia naturaleza del hombre, ya que este aparece como un ser nacido para la sociedad, naturalmente sociable, que ni puede pretender la felicidad ni aspirar a la virtud hallándose aislado. El que rehuye la sociedad es un ser degenerado o tan superior a los demás que repugna la convivencia. Tanto la cultura y la actividad morales como la aptitud para elegir los medios conducentes a esta cultura dependen de una vida ordenada en común, en la cual el individuo recibe la educación encaminada al bien, sea protegido por las leyes y por la cooperación ajena y encuentre oportunidad para la práctica de las virtudes.
El hombre, que cuando alcanza la perfección posible es el primero de todos los animales, es, en cambio, el último cuando vive sin leyes y sin justicia. Sin la virtud es el ser más perverso y feroz, porque solo siente los arrebatos del amor y del hambre.
Tratando la esclavitud, la reputa Aristóteles como un estado natural y justo, ya que unos hombres nacen para mandar y otros para ser mandados y obedecer. Estudia los medios de adquirir los bienes y termina con un ligero examen del poder doméstico.
La esencia de este primer libro se encierra en la doctrina de que el Estado es un organismo superior al individuo y a la familia, y cuyo fin no es solo asegurar y fomentar la existencia material, sino realizar la moral, procurando la felicidad de todos.
En su libro II empieza por examinar y refutar las ideas políticas y la constitución abstracta expuestas por Platón en sus trabajos de La república y de Las leyes. Ataca especialmente las ideas referentes a comunidad de bienes y de mujeres e hijos, poniendo en relieve los inconvenientes que habría de acarrear la implantación de tales doctrinas.
Según Aristóteles, uno de los fines del Estado es, sin duda, hacer de los hombres buenos ciudadanos y procurar perfeccionar la vida humana; pero eso no puede lograrse restringiendo las iniciativas individuales y suprimiendo la familia, la propiedad y la libertad personal. El Estado no es unidad, sino pluralidad de individuos y de pequeñas comunidades.
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